Descripción Artística

El edificio pertenece al barroco madrileño de la segunda mitad siglo XVII, aunque con elementos decorativos del XVIII.


Arquitectura

En el exterior el templo carece de porche y presenta una gran austeridad. En la fachada se alterna el ladrillo con la piedra de sillería, presentando un gran cuerpo central rematado por un frontón triangular. A los lados tiene dos torres gemelas cuadrangulares formadas por tres cuerpos.

El último, el campanario, tiene ventanas de medio punto.
El elemento que destaca en la fachada es la hermosa portada en piedra berroqueña, constituida por un arco de medio punto, enmarcado por dos columnas sobre basamento, que sigue el tipo de portada-retablo, con columnas exentas. Éstas son de orden toscano, soportando un friso, que presenta una  única puerta de medio punto. En la zona de la clave del arco hay un escudo decorativo. También aparece  un nicho-hornacina, con un grupo escultórico del venerable Juan Agustín Adorno orando ante la Virgen de Porta Coeli. A los pies de la Virgen vemos un ángel que sostiene el bonete del sacerdote. La hornacina está enmarcada por pilastras muy decoradas, rematándose por un frontón curvo partido y ornamentado con jarrones. A los lados sendos roleos también rematados por jarrones. El edificio se atribuye a Pedro de Ribera, que aunque no suele utilizar este estilo para las portadas, si encontramos algunas características propias de su repertorio decorativo. Sin embargo, otros piensan en los Churriguera, aunque no hay nada que lo pruebe y estilísticamente está más cerca de los modelos típicos del barroco madrileño de finales del XVII. El grupo escultórico podría ser del círculo de Juan Alonso de Villabrille y Ron. Los herrajes que aparecen en la puerta son de forja madrileña de principios del XVIII.





 


 

En su interior hay que destacar la airosa nave central que constituye la planta de cruz latina con crucero y, sobre él, la cúpula sostenida por pechinas decoradas con pinturas de los Evangelistas realizadas por A. Garín en el s. XX, para sustituir a las de Pedro de Calabria del siglo XVIII, hoy perdidas. Tiene dos naves laterales cubiertas por bóvedas de aristas rebajadas, mientras que la central es de cañón con lunetos a los lados. En las dos capillas a los pies de cada nave lateral, hay unas curiosas cubiertas formadas por pequeñas cúpulas ovales sobre pechinas. Las capillas se abren a la nave central por medio de arcos de medio punto, enmarcados por pilastras rematadas por capiteles de orden compuesto. Sobre las capillas se disponen tribunas sustentadas por ménsulas. La cornisa se halla sostenida por medio de unos grandes modillones decorados por hojas de acanto, así como en la zona de la cúpula, aunque en ésta se diferencian por el número de su agrupamiento, alternándose los pareados, o binarios, con los cuádruples. Es muy rica también la decoración de la cúpula, formada por un tambor y rematada por la linterna. En el lado derecho del crucero se abre una puerta que conduce al distribuidor, que da acceso a estancias de uso diverso. Entre ellas el salón de actos, amplio y luminoso, donde se celebran conferencias, retiros, asambleas... A través del distribuidor se accede al Claustro que tiene planta ligeramente rectangular, galería cubierta y cerrada mediante ventanales rectangulares y puerta central de madera. Es un elemento de acceso a pisos superiores y al patio. En el frontal del mismo se sitúa de Virgen de la Sonrisa, talla del 2002. Las flores y plantas hacen de este lugar un bello jardín propio para la meditación.



Detalles de interés
Como personas importantes que tuvieron relación con este templo, hay que citar a Santa Soledad Torres Acosta, fundadora de las Siervas de María, que fue bautizada en este templo en 1826. La pila bautismal se encuentra cedida a la Santa Iglesia Catedral de Nuestra Señora de la Almudena de Madrid.

 
 
 
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